Vecinita blanquita follada a cuatro patas en el jardín
En su jardín tiene un sofá muy cómodo que sirve para sentarse a ver los días soleados. Eso parece una tontería para cualquiera que esté cerca del trópico, pero en su país, el frio es inclemente. Aunque él tampoco es que le de ese uso, porque ahí es donde se pone su vecina blanquita a cuatro patas para que él le dé una follada. Ahí mismo la jovencita se aparece desnuda y él debe estar listo con su polla dura. Su raja llega muy deseosa y sin mediar palabras debe follarla con muchas ganas hasta dejarla completamente satisfecha. Han sido muchas veces y todavía ni se entera de su nombre.